Manuel Rosales, candidato de la unidad opositora de Venezuela promete luchar por la democracia recorriendo las calles de todo el país
Aún no despierta el alba y los cohetones explotan en los corazones de los venezolanos. Amanece y la presión en el pecho se incrementa con cada rayo de sol. En este país democrático todo el pueblo tiene la oportunidad de decidir: ¡Sí, como no!... ¿Es posible llegar a un consenso en un país dividido?
Todos se dirigen a su colegio. Unos uniformados con la camisa de educación básica, blanca, y otros prefieren optar por la franela alusiva a la educación inicial, roja rojita. También están los que prefieren ser discretos con su vestimenta. Hay que hacer la tradicional fila, pero no para entrar al salón o comprar en la cantina sino para elegir al primer mandatario de Venezuela.
Comienza a caer el ocaso y una tensa calma se apodera de todos, incluso de aquellos que dicen tener diez años en el país y posiblemente nunca hayan probado una reina pepiada o un pabellón criollo, pues en África y en China no se come arepa, y seguramente nunca le han cantado al cerro El Ávila. Las máquinas capta huellas fueron solidarias hasta con los hermanos de otros continentes, pues no los delataron.
Llueve y transcurre el tiempo a cuenta gotas. En los rostros de todos se puede congelar el instante ideal que inspiró a Pablo Neruda para escribir sus poemas, o a Héctor Mujica para que desde su lugar preferencial pueda narrar el cuento del 3D quizás con una panorámica más amplia que aquel que está en la tierra. Habla el CNE y responde atrevido el candidato por la oposición: “Reconozco los resultados aunque el margen de diferencia es más estrecho”.
No comments:
Post a Comment